Nuestros sitios web

la joya de la Costa de Plata

muchas actividades

El lago marino

la joya de la Costa de Plata

muchas actividades

Nacido de los divagaciones de un río caprichoso hecho famoso por los escritores, el lago de Hossegor es una de las joyas de la Costa de Plata.

Un activo patrimonial esencial para el municipio. Sometido al juego de las mareas, está en perpetuo movimiento, respira al ritmo del Océano, de las estaciones y de las modas... y alberga toda una vida generosa y variada. Un espacio protegido, sencillo y auténtico que deja en el hueco del alma una huella perfumada... El sitio ofrece muchas actividades de ocio como vela, pesca y senderismo. En verano, se anima y atrae a los bañistas con sus cuatro playas: los Robles-Corchos, la playa Blanca, la playa del Rey y la del Parque. Todas vigiladas y con clubes de vacaciones, zonas de juego y clubes náuticos. Los restaurantes, hoteles, chiringuitos, los pequeños bancos y el camino de arena perfumado por aromas de madreselva hacen de esta perla Océane un lugar de vacaciones eternas.

Los lugares imprescindibles del lago

01 - 04

Alquilar una paleta

Las aguas tranquilas del lago abierto al océano permiten una iniciación segura. Un paseo tranquilo para descubrir la belleza del lugar entre el bosque de pinos y el océano.

Aperitivo en el fondo del lago con los ostricultores

Puede comprar o degustar ostras in situ en las distintas casetas. El lugar ideal para ver la puesta de sol.

Se pueden recorrer 5,8 km alrededor del lago en 1,5 horas. Utilice nuestro mapa interactivo para descubrir todos los puntos de interés.

más información

Caminar por el agua

Un paseo acuático amigable y vigorizante para todos.

El lago en inmersión de 360º

Descubra el lago de Hossegor en inmersión total con la foto 360 propuesta por la Oficina de Turismo

Un poco de historia...

Cuando finalmente canalizado, el Adour se hunde en su lecho definitivo, el río deja escapar un rosario de lagos costeros. El más grande es el de Hossegor. Estamos en 1578 y, en ese momento, solo unos pocos pescadores y cazadores vienen a perturbar el silencio de este estanque bordeado de ajoncs e invadido por los nenúfares.

A mediados del siglo XIX, Napoleón III, durante un viaje por la costa de las Landas, decide conectarlo con el océano para hacer «la cuenca de caza del puerto de Capbreton» con el fin de evitar el enarenamiento de este último. Apenas abierto sobre el mar, la cuenca se amplía y su ecosistema se convierte en una riqueza inaudita: vegetales marinos, conchas y crustáceos, bares, carrelets, doradas reales, mulas, gobios o lanzones... Una comida abundante que atrae en sus 99 hectáreas numerosas especies de aves como la garza ceniza, el cormorán grande, la becada, la garceta, la gaviota y la gaviota... Esta reserva natural permite también a los pequeños artesanos vivir de sus beneficios gracias a la ostricultura, las algas y los moluscos. A partir de 1878, se concede una primera concesión, y muy pronto, los parques de ostras florecen en el perímetro del lago, un atractivo turístico suplementario en este sitio notable.

Suntuosas villas se instalan en las orillas. Cada una con sus pinos, alcornoques centenarios, setos vivos, madroños y mimosas. La unidad arquitectónica no hace más que subrayar la magia del lugar.céano.